El Bosque de los Sueños

Sobre una base rectangular de polímero gris que guarda en su interior remolinos de colores —azul, rosa, verde y blanco— se erigen tres árboles diminutos, cada uno con su personalidad única y su propia luz. Uno cubierto de bolitas rosas nevadas que parecen susurrar secretos, otro de un delicado lila perlado que brilla con una calma serena, y un tercero que fusiona el rosa y el lila en un baile sutil de tonalidades. Sus troncos dorados, finos y elegantes, los conectan con la tierra y el cielo, como pilares dorados de un mundo mágico.

Este conjunto se siente como un pequeño bosque encantado, un refugio que nos transporta más allá de lo visible, hacia un lugar donde la imaginación no tiene límites. El Bosque de los Sueños nos invita a detenernos, a soñar despiertos y a encontrar en su belleza la inspiración para cultivar amor y esperanza. Es un rincón íntimo que celebra la ternura y la magia de lo posible, recordándonos que dentro de cada uno de nosotros existe un espacio sagrado para los sueños más puros y luminosos.

Al contemplarlo, uno siente cómo el amor crece y la esperanza renace, como si esas pequeñas raíces doradas sembraran nuevas oportunidades y abrieran puertas a mundos aún por descubrir. Este bosque es un símbolo de la capacidad infinita de soñar, de crear y de amar, un recordatorio dulce y constante de que, aunque el mundo pueda ser vasto y a veces incierto, siempre existe un refugio donde la imaginación florece y el corazón encuentra su calma