Árbol Serpenteante en Invierno

Este árbol de forma escultural y expresiva se alza desde una base redonda en verde profundo, símbolo de una tierra fértil incluso en los meses más fríos. Su tronco marrón no crece recto, sino que serpentea como una corriente viva, haciendo una suave S que parece una danza contenida. Las ramas emergen libres, casi como brazos abiertos en mitad del viento. No hay flores, solo la estructura desnuda de una vida que no necesita adornos para estar presente.

Se le llama “serpenteante” por el movimiento ondulante de su forma, como una serpiente que recorre el camino con sabiduría, adaptándose, fluyendo con la tierra. Esta silueta simboliza el viaje interno, las vueltas del alma, los momentos en los que no hay una línea recta, pero sí propósito.

Serpenteante en Invierno es un homenaje a los procesos invisibles, al poder del silencio y a la fuerza que se gesta cuando todo parece detenido. Este árbol nos enseña que la belleza también vive en el no-hacer, que hay un invierno fértil en el alma donde las raíces se profundizan y la transformación se prepara lejos de los ojos. Nos habla de confiar incluso cuando no hay flores a la vista, porque el suelo —rico, vivo y fuerte— ya tiene en sí todo lo necesario para florecer más adelante.