Árbol de Brisa Dulce

Desde una base cuadrada en tonos entre rojizos y marrones —como tierra cálida al atardecer—, se alza un tronco dorado que sostiene una copa delicada y amable. Las bolitas, mates y en colores pastel —rosas tenues, lilas apagados, naranjas suaves— parecen pequeñas caricias suspendidas en el aire. El conjunto evoca la dulzura sin esfuerzo, la belleza en lo sutil.

Brisa Dulce es un árbol que invita a dejarse querer. Nos habla de la ternura como fuerza, del valor que hay en abrir el corazón sin necesidad de alzar la voz. Es un recordatorio de que lo pequeño puede ser profundamente transformador cuando nace del afecto sincero